Medidas para mantelerías
- Mantel Individual (1 comensal) 35×50 cm.
- Camino de mesa (2 comensales) 50×160 cm.
- Mantel para mesa de 2 a 4 comensales 150×150 cm. // 170×170 cm. // 180
- Mantel para mesa de 6 a 8 comensales 150×225 cm. // 170×250 cm.
- Mantel para mesa de 10 a 12 comensales 170×300 cm.
Medidas servilletas
- 40×40 cm.
Colchas, edredones, y cobertores para camas
- Cobertor para cuna 100×120 cm.
- Cobertor para cama de 90 150×220 cm.
- Cobertor para cama de 105 180×220 cm.
- Cobertor para cama de 135 220×220 cm.
- Cobertor para cama de 150 240×220 cm.
- Cobertor para cama de 180 260×220 cm.
Talla de calzado
Dada la variabilidad de medidas del calzado indicadas en origen, The African Touch siempre comprueba las medidas exactas de cada ejemplar para estandarizarlo a la numeración:
EUR |
35 | 36 | 37 | 38 | 39 | 40 | 41 | 42 | 43 | 44 | 45 | 46 |
USA | 4 | 4.5 | 5 | 6.5 | 7.5 | 8 | 9 | 9.5 | 10.5 | 11 | 11.5 | 12 |
UK | 2.5 | 3 | 4 | 5 | 6 | 6.5 | 7.5 | 8 | 9 | 9.5 | 10 | 11 |
Cms. | 225 | 23 | 237 | 245 | 25 | 257 | 265 | 272 | 28 | 285 | 29 | 30 |
Estas medidas han de tomarse como orientativas ya que la confección de calzado siempre está sujeta al propio diseño, a los materiales empleados y por supuesto a las características:
Talla |
6
1/2 |
6
5/8 |
6
3/4 |
6
7/8 |
7 | 7
1/8 |
7
1/4 |
7
3/8 |
7
1/2 |
7
5/8 |
7
3/4 |
7
7/8 |
8
|
Pulgadas | 20
1/4 |
20
3/4 |
21
1/8 |
21
1/2 |
21
7/8 |
22
1/4 |
22
5/8 |
23 | 23
1/2 |
23
7/8 |
24
1/4 |
24
5/8 |
25 |
Centímetros | 52 | 53 | 54 | 55 | 56 | 57 | 58 | 59 | 60 | 61 | 62 | 63 | 64 |
XS | S | M | L | XL | XXL |
Normas básicas para el cuidado de prendas
- Nunca deje que las prendas se ensucien demasiado.
- Lave en agua fría sin dejar en remojo.
- Elimine manchas de oxido con un quitamanchas adecuado antes de lavar.
- Al lavarlas, separe piezas susceptibles de ser oxidadas (cremalleras, hebillas, etc.).
- Asegure que el detergente esté disuelto antes de introducir la prenda.
Normas básicas para el cuidado de alfombras
Recuerde que inmediatamente después de la instalación de una alfombra nueva, y antes de circular sobre ella, sea aspirada para eliminar todos los residuos de fibrillas provocados por el rasurado de la alfombra cuando se le da, en la fábrica, el acabado final.
Aspirar diariamente las alfombras no las daña; sino que incrementa su duración. Si una alfombra no es aspirada periódicamente, las partículas de polvo o tierra penetrarán en el hilo y, junto con las impurezas del ambiente y los efectos del tráfico, formarán una capa de suciedad que aunque no sea visible, terminará por dañarla de manera irremediable.
El aspirado deberá hacerse en un solo sentido para que la alfombra quede «bien peinada» y no se aprecien sombras ni rayas.
Una aspiradora adecuada debe tener suficiente fuerza de succión para extraer las partículas y contribuir a levantar el hilo. El aditamento básico de succión debe contar con un cepillo giratorio transversal de cerdas suaves. Es necesario mantener siempre limpios los cepillos y demás elementos de succión. Conviene que el recipiente o bolsa para el polvo y basura nunca se deje llenar más allá de la mitad de su capacidad máxima.
Antes de usar la aspiradora, levante y elimine las basuras grandes para evitar que tapen los conductos de succión.
La lana es un material poroso que absorbe mucha suciedad. Las partículas de tierra y arena depositadas en la trama, son pequeños cristales afilados de sílice que por su dureza actúan como cuchillas cortando los finos hilos de la capa escamosa superficial, produciéndose feas calvas en la alfombra.
Es esencial pasarle la aspiradora regularmente, en especial por las áreas de paso frecuente. El 80 % de la suciedad en una alfombra es seca y puede quitarse con una aspiradora. Siempre aspire el polvo usando el cepillo y en la del pelo. Si utiliza el tubo de succión se produce un desgaste prematuro ya que siempre se arranca pelo con la aspiración, llegando a debilitarse mucho.
Rótela al menos una vez al año (con mucho uso cada seis meses). Dependerá del sitio donde haya colocado la alfombra. Trate de evitar la exposición directa a la luz solar y el excesivo tránsito sobre ella.
Líquidos derramados: límpielos de inmediato. Trabaje desde los bordes hacia el centro de la mancha para no extenderla. Si le queda una marca, tenga cuidado con los quitamanchas domésticos o productos químicos como el amoniaco, ya que pueden dañar la alfombra. Si se decide a utilizar alguno, pruebe primero en una zona no visible.
Para la recuperación del hilo, levante este para que vuelva a su posición y estado originales eliminando las marcas que dejan las patas de los muebles o apelmazamiento causado por el tráfico intenso (pasillos, accesos, escaleras, etc.) por medio de una plancha de vapor que se suspende a 7 cms. de la parte afectada dejando que penetre en las fibras y levante el hilo; después, se «peina» el área con un cepillo de cerdas suaves. Si es necesario, se repite el proceso. Nunca toque la superficie de la alfombra con la plancha caliente.
Para eliminar una mancha utilice sólo materiales absorbentes que no se despinten o destiñan (tela blanca de algodón, toalla, esponja, etc.).
Sólo el alcohol y otros removedores pueden ser aplicados directamente sobre la alfombra. Procure, siempre, no humedecer demasiado. No trate de quitar completamente la mancha en una sola aplicación. Aplique la solución las veces que sea necesario hasta que desaparezca la mancha.
Espere el tiempo necesario para que las soluciones químicas reaccionen y el desmanchado sea efectivo. Seque en forma circular. No frote, porque puede distorsionar permanentemente el hilo de la alfombra.
Los detergentes actúan en la parte húmeda de las manchas, lubricándolas y permitiendo eliminar la humedad. Conviene usar detergentes que una vez diluidos resulten neutros o aquellos especiales para alfombras. Hay detergentes con enzimas que aceleran la eliminación de diversas substancias (especialmente las orgánicas) y resultan útiles para limpiar manchas de comida, leche, sangre, almidón, azúcar, pegamentos, etc. En su mayoría, son detergentes en polvo que deben ser disueltos en agua tibia antes de utilizarlos. Es prudente seguir instrucciones en disolución, temperatura y aplicación correctas. Una solución útil y sencilla se prepara disolviendo en una taza de agua una cucharada de detergente casero líquido. El procedimiento es simple: la solución de detergente se aplica siguiendo las recomendaciones generales antes enlistadas; se enjuaga con agua, para eliminar el detergente, y se seca cuidadosamente usando toallas o esponjas.
Si necesita guardar su alfombra por un período largo de tiempo, enróllela en forma cilíndrica. Ponga antes un antipolillas. Luego cúbrala con papel de estraza y envuelva el rollo con una tela, no use plástico pues no permitirá que la alfombra respire y se acabará produciendo moho. Guarde la alfombra en un sitio fresco y seco, bien ventilado. No en un trastero caluroso o el garaje.